domingo, 3 de enero de 2010

Del fondo del armario a la superficie de la estantería

A menudo me pregunto por qué sigo comprando libros si tengo tantos en casa que aún no he leído. También me pregunto de vez en cuando por qué sigo comprándome ropa si conservo en mi armario prendas que ya no me pongo, que sólo me he puesto una vez y que, en mi fuero interno, sé que jamás me voy a poner. La analogía raya en lo peregrino, pero nos lleva al mismo terreno: la acumulación, el exceso, el consumo.
En la casa de cualquier persona que se viste y tiene y lee libros, la ropa queda recluida al ámbito de la privacidad absoluta, es decir, a lo privado de la privacidad, mientras que los libros, en cambio, se exhiben en los lugares más públicos de la casa. De hecho, los armarios tienen puertas, las estanterías no.
Tiramos ropa cuando ya está vieja, descolorida, pasada de moda o desgastada, o la guardamos para ponérnosla por casa o para hacer faenas con ella. Pero ¿nos deshacemos de un libro por desgastado, desencuadernado y descolorido que esté, porque nos ha gustado poco o por su ínfima calidad?
Cuando se nos antoja alguna prenda de vestir, nos decimos para disuadirnos de comprarla que no nos hace falta porque ya tenemos muchas así. ¿Diríamos lo mismo de un libro, que ya tenemos muchos, que no nos hace falta? Realmente, ¿compramos libros porque nos hacen falta?
Si no me comprara más ropa, ¿me pondría más la que tengo enterrada en las profundidades de mi armario?
Y si no comprara más libros, ¿leería por fin aquellos libros de mi biblioteca que jamás empecé?

6 comentarios:

  1. ¡Madre mia, Juan!

    Me va a encantar ver como te las apañas.
    Creo que deberia hacer lo mismo (en 55 metros de casa ya no me caben muchos libros mas)...

    (lamento la falta de tildes, pero es que tengo roto el ordena y me salen as´´i).

    Me alegro de leerte, siempre es reconfortante.

    Un besete albaceteño.

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  2. Estupenda reflexión ...
    MIGUEL.-

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  3. Madre mia que celeridad lleva este blog.. Pues yo en mi caso no tiro ni libros ni ropa. Es cierto que parece un poco más atroz tirar un libro que una camisa, pero lo cierto es que son dos objetos de consumo, aunque uno bastante más cultural que otro, dependiendo del contenido, que también hay de todo...
    Añadiría que hay una parte de disfrute en el hecho mismo de comprar, que yo, como indecisa que soy, lamentablemente no disfruto en absoluto. Un desastre no integrarse en la gran fiesta de la compra que es este mundo.
    Muchos besos.
    Isabel

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  4. Melibea Calderón4 de enero de 2010, 9:28

    Nada se pierde ni desaparece, todo se transforma. Eso ocurrirá con tus NOCOMPRAS, en algún incauto seguidor del blog hará mella alguno de los comentarios sobre esos libros hojeados y manoseados en la librería,vueltos a dejar en los anaqueles casi con rabia. Sólo la posibilidad de escribir sobre ellos, compensará el abandono. La posibilidad de que uno de nosotros lo compre y devuelva la armonía al mundo impreso.
    Será interesante ver, como tras renunicar a un libro, vuelves a casa y en venganza revuelves entre tus estantes y descubres alguno de los olvidados y le concedes su tiempo y lo compartes con nosotros. En cualquier caso, nosotros ganamos.

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  5. Alguno leeras, pero el ser humano necesita de nuevos estímulos, de nuevas portadas que vayan plagando esas viejas estanterías. Y es que, el libro no es sólo contenido. Yo, sin ir más lejos, a veces he cazado un libro por su portada (vaya superficialidad la mía!!) Y es que el libro, por muy cultural que sea, también es un producto estético como la ropa. Por ello, también cae en el desuso y en la más terrible de las consecuencias a la que nos obliga el tiempo: el olvido. Olvido porque el contenido leido se va borrando paulatinamente de nuestra cabeza, incluidas ciertas sensaciones que nos despertó. Olvido porque nunca saldrá de la estantería igual que la ropa del armario, consitituyendo nuestro particula cementerio de los libros olvidados (que conste que no he leido la sombra del viento y tampoco el juego del angel y eso que me lo regalásteis). Que mal!!

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  6. Sigo ahora que se agolpan las preguntas en mi cabeza...lógicamente leeras libros olvidados porque:

    1)Tienes hábito lector y, al igual que no hacer deporte cuando estás acostumbrado, crea cierta sensación de desasosiego cuando no lo haces.

    2)La variable introducida en tu experimento (no comprar libro) te obligará a reconducir tu hábito lector hacia aquello que posees o a buscar novedades editoriales en las bibliotecas ya que en Cuenca no tenemos el forum de la fnac donde ir a leer cada tarde un ratito.

    3) De no introducir esa variable, el curso de tu lectura hubiera seguido su sendero habitual. Comprar, leer algunos y guardar algunos como objetos de deseo que son para tí.

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