jueves, 7 de enero de 2010

Post post-Nadal


He de confesar que, aunque conocía a la ganadora del Premio Nadal 2010, Clara Sánchez, mi contacto con su obra sea bastante superficial.
Leí hace tiempo dos relatos suyos que me gustaron, curiosamente escritos ambos por encargo: uno para una serie de cuentos de verano que publicó El Mundo hace más de diez años, titulado El verano se acaba; el otro, Cari junto a una motocicleta roja, para la antología Madres e hijas (Barcelona, Anagrama, 1996).
Y he tenido alguna vez en mis manos su anterior novela, Presentimientos, pero no llegué a comprarla. Su planteamiento –la protagonista es una mujer en coma – me pareció sugerente, así como su intención confesa de reflejar la vida vacacional típica del Mediterráneo español, la de los apartamentos alquilados y las playas abarrotadas, sin asomo de condescendencia. Pero no tanto como para acabar comprándolo.
Si su novela premiada se parece a Cari junto a una motocicleta roja y logra alcanzar su tono poético y misterioso, merecerá la pena leerla.
Copio aquí el comienzo de ese relato, para quien quiera abrir boca:
“Cari me contó que Águeda, su madre, había visto la muerte: había entrado en su dormitorio, se había aproximado a los pies de la cama y allí se había quedado un rato. Le comenté que seguramente se trataba de un suelo, y Cari se quedó pensativa. Le pregunté por el aspecto de la muerte: blanco, como una nube, pero más desvaído. “Humo blanco, con boca y ojos negros”, concluyó. Varios meses después murió su padre”.

7 comentarios:

  1. Me ha llamado mucho la atención el tema de su novela premiada, hoy le decia a José María que debería regalarmela, ¡no me ando con chiquitas! tu haz lo mismo, no des rodeos, directamente haz una lista (como en las bodas) de los libros que quieres y cuelgala ¡¡y a regalarte libros!!

    MARGA

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  2. Soy partidaria de perdirlos prestados o sacarlos de la biblioteca, para qué comprar las novedades? (es solo una opinión). Aunque si pensamos en los cánones y sgaes y beneficios y demás impuestos, los escritores perderían muchas ganancias. Vuestro arduo trabajo debería estar subvencionado por el estado (en parte), todos/as leeríamos más, ¿no?

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  3. Prestar un libro es una cuestión de fé, y tomarlo prestado, buf!, a mim personalmente, me sudan las manos y la boca se me seca. No quisiera dañarlo:D.
    En fin,
    hay que comprar libros. Es lo único que nos queda ante la maraña futurista que supone la RED.
    ILnx

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  4. Hola Juan! Soy Vicente, el primo de Marga. Qué curiosa tu iniciativa, yo me he planteado algunas veces lo mismo, pero por exceso de material en mi casa. Mis padres tienen un montón de libros que no he leído; pero es que el consumismo me puede, y eso de ir a la librería a husmear y comprar algo no tiene precio. O incluso tirar de la literatura de Carrefour y echar un best seller junto a los tomates.

    Te seguiré con atención para ver cómo pasas el mono. Por cierto, ¿estás al tanto de los libros electrónicos? Yo esta Navidad he estado pensando en regalarme un ebook, pero al final no me decido. No sé cuánta bibliografía en castellano habrá y, sobre todo, qué tipo de ediciones serán. Porque tan importante es la edición como la obra, y algunos pdf escaneados que he visto dan miedo.

    Nos leemos.

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  5. Ya lo dijo alguien: "los libros son orgullos, cuando los prestas nunca vuelven".

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  6. Estoy de acuerdo con Marga.Tienes que publicar una lista y nada de andar con rodeos.

    Besos.

    Verónica

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  7. YA publicaré una lista... aunque sea por fascículos

    Juan

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